Hablar de consumo es referirse a la economía de las personas en el día a día. A las necesidades, deseos y formas de buscar satisfacerlas mediante el recurso a la contratación con empresas y profesionales en que todas las personas que vivimos en una economía de mercado contemporánea nos podemos identificar. Consumir es, desde algo tan cotidiano como para la mayoría de la gente puede ser comprar el pan, hasta una actividad más anómala, como contratar un seguro o un viaje, o llamar a un cerrajero para que nos abra la puerta de casa. Todas las personas consumimos. No en vano, la difusión original del concepto de consumidor es atribuible al Presidente John Fitzgerald Kennedy, quien el 15 de marzo de 1962, en su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, dejó para la Historia la aseveración de que «consumidores somos todos». Y al mismísimo JFK corresponde todavía hoy rendir tributo por haber plantado la semilla de la acción de los poderes públicos en materia de consumo, o si se quiere, de apoyo a los consumidores. En efecto, en esa misma intervención, señalaba «El Estado Tiene la especial obligación de estar alerta en lo que se refiere a las necesidades de los consumidores y de hacer progresar sus intereses».
Con ese mismo espíritu de ayudar al consumidor, por cuanto que normalmente es la parte más débil de una relación de consumo, la ley de consumidores del Principado de Asturias prevé, desde el año 2002, la posibilidad de existencia de las oficinas de información al consumidor y usuario, a las que define como los establecimientos abiertos al público sin ánimo de lucro, entre cuyos fines se encuentren la defensa de los consumidores o usuarios, que presten el servicio de asesoramiento e información al consumidor y usuario y colaboren en la tramitación, llevada a cabo por los órganos competentes, de las denuncias, quejas o reclamaciones en materia de consumo.
En Llanera, hay vigente desde junio de 2008 una ordenanza de consumo que prevé la posible implantación de uno de estos establecimientos en el Consejo. No obstante, no ha sido hasta el año 2015, cuando una encomiable labor de negociación por parte de los actores políticos municipales ha permitido que la voluntad de ayudar a las personas consumidoras fuera oída y aceptada por el Principado, ente cuya avenencia con el proyecto ha permitido plasmar un convenio interadministrativo de atribución al Ayuntamiento de Llanera de una serie de funciones administrativas en materia de información, formación, ayuda y defensa de las personas consumidoras, paso este necesario para llegar a prestar el servicio que el Ayuntamiento comienza ahora a ofrecer.
¿Y en qué consiste el dichoso servicio que presta la OMIC de Llanera? Fundamentalmente, se puede resumir en la máxima de tratar de hacer la vida de la persona consumidora lo más fácil que sea posible. Así, la OMIC de Llanera tiene atribuidas funciones de información, ayuda, orientación y asesoramiento a los consumidores y usuarios para el eficaz ejercicio de sus derechos.. O lo que es lo mismo, a nadie que venga a consultar a la OMIC se le dejará nunca con la intranquilidad que a una persona consumidora le puede suponer el no conocer las normas que le otorgan derechos con los que defender sus intereses en las más diversas situaciones en que la vida económica puede empujar a querer reclamar o quejarse por un comportamiento empresarial. Para quienes no quieran o no puedan venir presencialmente, se dispone la posibilidad de consultar a través de mail o teléfono. A nadie se le va a dejar nunca sin respuesta. Por supuesto, también se hará todo lo posible por facilitar a las personas consumidoras la tramitación administrativa de cualquier queja o reclamación que deseen plantear. Y también, se organizarán, a lo largo del año entrante, jornadas y actividades formativas-informativas para que las personas consumidoras lleguen a conocer sus derechos de la forma más clara, inmediata y directa posible. Por supuesto, todo ello, gratis para la persona consumidora.